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Monday, June 3, 2013

CAPE KIDNAPPERS

Hay un placer extraño en salir a explorar tierras desconocidas, la incertidumbre es un condimento que bien utilizado, te trae los mas deliciosos sabores. A este fiambre le añades el ir “solo” y empieza un cosquilleo casi imperceptible mientras recorres mapas y estudias posibilidades. Sobrevuelas en tu pantalla con el ojo de Google Earth tratando de descifrar que se esconderá atrás de tus intensiones y mientras la nube de posibilidades invade tu cabeza, viene la duda.  Salir solo y con equipo para dos o mas días siempre tiene sus fantasmas que desafían a la voluntad.
Finalmente sales, sentimiento de libertad total al internarte de a poquitos en lo desconocido, el rompecabezas va tomando formas, las fichas se van acomodando lentamente en su lugar, las decisiones las tomas y las afrontas solo. En silencio puedes retroceder los kilómetros mal andados, no hay mas culpables que uno mismo por los errores de navegación y  las palabras se vuelven mudas mientras hablas contigo mismo. Te recriminas y te ríes para ti mismo, escuchas, observas y titubeas tu con tu soledad. Al llegar la noche no importa cuantos días hayan transcurrido, siempre hay un encuentro frontal con el silencio. Se esconde el sol, las olas cambian de ritmo, se esconden los inquilinos del malecón silvestre y  de a pocos los únicos acompañantes son los pensamientos revueltos en la vía láctea con un aderezo de luna. Entre todo este menjurje voy llegando a explorar las costas de Cape Kidnappers.
Pedalear jugando con las mareas, las olas te empujan hacia las peñas mientras “bouldereas” en la bici buscando el mejor camino entre rocas, pozas de agua y restos de arrecifes. Adelante nada, atrás una tímida huella que el mar ya se va llevando…




-- “La Colorada” saliendo de la finca. Desde aquí por senderos a las orillas del río Tuki-tuki hasta la costa.

 


-- Camperos al final del camino. El Black Reef en la  punta,..



-- Entre viejos arrecifes, peñas y mar.



-- Una vez pasado el Black Reef entras en terreno de los alcatraces.


 
-- Huellas temporales.
 


-- Bien ubicada sobre la punta una plataforma de madera con un techo dan refugio a quienes se animan a llegar. Aqui aterrizó yo para pasar la noche.   



-- Una aleta de tiburón da fin a la peninsula que forma Hawkes Bay por el Sur.



-- La ultima sección sale de la playa para subir por senderos hacia una planicie sobre la costa. 




-- Anuncios oficiales...
 


-- En invierno un aire de soledad se ha apoderado del "cabo", solo unos ultimos alcatraces con sus padres esperan poder volar para salir rumbo a Australia.



-- La entrada a Cape Kidnappers. Son 12 km de playa hasta la “punta”, solo se puede ir en marea baja. Pocos se animan a pie en verano, muy pocos en dos ruedas. Yo en invierno no encontré a nadie en 2 días.




-- De regreso...
 


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